Descripción
Planteamiento
En el marco de las sociedades de todos los tiempos y lugares, el exilio ha destacado como fenómeno fundamental en un sentido histórico y también político. Desempeña, de hecho, un papel clave en fenómenos humanos de notable incidencia en la actualidad: conflictos bélicos; deportaciones masivas; emigración forzosa; pugnas entre sociedades, etnias, clanes, dinastías, Estados, etc. Desde esta perspectiva, el exilio se presenta como una realidad poliédrica en que convergen el trauma humano y el desarraigo de los individuos y las colectividades, así como la necesidad de representar todo ello por medio de unos discursos que articulen una memoria que pueda colisionar con el mensaje oficial. Sin embargo, lejos de tratarse de una cuestión individual, el exilio atañe a la sociedad entera, al aglutinar diferentes dimensiones del debate público y de la construcción de los imaginarios colectivos.
Resulta, por tanto, fructífero el análisis de las diversas representaciones del exilio, especialmente en su dimensión de canalizadores de puntos de vista ante su complejidad. Centrándonos en el plano de la escritura, entre los múltiples textos que han reflexionado sobre el exilio pueden encontrarse la ensoñación de mundos diferentes, diatribas contra los tiempos que corren, interpretaciones de la situación histórica, etc. Son circunstancias que, más allá de su alcance colectivo, afectan directamente al autor y su memoria y que, además, no solo nacen de su propia experiencia, sino también de vivencias compartidas o, simplemente, conocidas. De ahí que sea necesario entender que estas manifestaciones registran divergencias en función de quién las refiera, por lo que ponen de relieve la amenaza latente que representa todo exiliado para según qué mensaje o para según qué articulación política y social. No sorprende, así las cosas, que esta amenaza se haya resuelto frecuentemente mediante la imposición, la manipulación, el acallamiento o la desfiguración de la imagen del exiliado.
El panorama que ofrece esta cuestión nos obliga a repensar el exilio una vez más y a delinear nuevos caminos relativos a unas coordenadas que siguen abiertas a nuevos enfoques y planteamientos. Para ello, este congreso apuesta por la interdisciplinariedad, al aunar primariamente intereses históricos y filológicos, que provienen de las dos asociaciones organizadoras: Asociación Académica Jóvenes Humanistas y Philobiblion. Asociación de Jóvenes Hispanistas. El congreso aspira a dar preponderancia al ámbito literario entre las representaciones del exilio, pero ello no es óbice para que puedan abordarse otras disciplinas significativas en este plano: pintura, cine, música, etc. Tampoco se persigue una metodología o un ángulo específico para el análisis; podrán hacerse aportaciones desde la antropología, la sociología, la historia de las ideas, la historia económica, los estudios de género, etc. Todo ello con la intención de articular un espacio de debate para jóvenes investigadores afines en sus líneas de interés a la presente propuesta.
Líneas temáticas
Para abordar el tema del exilio desde diversas perspectivas, se han acordado, a modo de sugerencia, las siguientes líneas temáticas:
a) Construcción de la identidad. Es preciso abordar las trayectorias vitales y su plasmación discursiva, así como las visiones de la sociedad de origen y destino, que dejan rastro en la escritura a la zaga de una identidad propia y compartida.
b) Exilio, censura y publicación. Conocido es el caso de escritores que solo pudieron ver sus libros publicados en el exilio y los cuales fueron prohibidos en su país de origen.
c) Exilio y exilio interior. El exilio en ocasiones se aprehende como una movilidad de pensamiento, ideología o sentimiento que no tiene por qué traducirse en una movilidad espacial, con importantes consecuencias en la producción creativa e intelectual.
d) Historia social de la cultura escrita del exilio. Los patrones de la producción escrita del exilio originan ciertas líneas de continuidad: canales de difusión, tipologías y formatos materiales del escrito, códigos de escritura, pautas de sociabilidad, etc.
e) Influencias literarias. El paso a una sociedad distinta implica el conocimiento de una nueva literatura o, al menos, el trato más directo con ella y sus circunstancias. El exiliado puede orientarse hacia direcciones inusitadas en un principio.
f) Lengua y exilio. El escritor exiliado se enfrenta a una fundamental dicotomía: mantener su lengua original en la escritura o adoptar la del nuevo país.
g) Mujeres exiliadas. Este congreso propone la incorporación de la perspectiva de género al debate, con la intención de poner en primer plano el caso de las mujeres exiliadas, que por sí mismo vertebra una línea de trabajo fundamental.
h) Mundos reales y mundos posibles. Es de rigor poner el acento en las realidades generadas a partir de la realidad existente. Ello da pie a futuros o presentes alternativos que cobran especial fuerza en la voz del exiliado. Se pone así el acento en la subjetividad del individuo al enfrentarse a su tiempo, con dosis de idealización, utopía, romanticismo, etc.
i) Transferencias interculturales. Conviene aludir a las dinámicas de asimilación y negociación entre las distintas realidades socioculturales.
j) Trayectorias y redes. No puede obviarse la importancia de ciertos recorridos y vínculos de los actores de los exilios. Caben aproximaciones a la conformación de comunidades vertebradas en torno a criterios de identificación de diverso tipo (políticos, culturales, literarios, etc.).
k) Usos públicos del exilio. Incidencia del exilio en la memoria colectiva y el debate público.
l) Visión del exiliado desde el discurso de poder. Las autoridades construyen imágenes concretas de los exiliados con el fin de afianzar su hegemonía, lo que da lugar a que estos individuos experimenten un proceso de alterización.